Desde sus comienzos, el ser humano ha modificado su entorno
para adaptarlo a sus necesidades. Para ello ha hecho uso de todo tipo de
materiales naturales que, con el paso del tiempo y el desarrollo de la
tecnología, se han ido transformando en distintos productos mediante procesos
de manufactura de creciente sofisticación. Los materiales naturales sin
procesar (piedra, madera, arcilla, metal, agua) se denominan materias primas,
mientras que los productos elaborados a partir de ellas (yeso, cemento,
acero,
vidrio, ladrillo) se denominan materiales de construcción.
No obstante, en los procesos constructivos algunas materias
primas se siguen utilizando con poco o ningún tratamiento previo. En estos
casos, estas materias primas se consideran también materiales de construcción
propiamente dichos.
Por este motivo, es posible encontrar un mismo material englobado
en distintas categorías: por ejemplo, la arena puede encontrarse como material
de construcción (lechos o camas de arena bajo algunos tipos de pavimento), o
como parte integrante de otros materiales de construcción (como los morteros),
o como materia prima para la elaboración de un material de construcción
distinto (el vidrio, o la fibra de vidrio).
Los primeros materiales empleados por el hombre fueron el
barro, la piedra, y fibras vegetales como madera o paja.
Los primeros "materiales manufacturados" por el
hombre probablemente hayan sido los ladrillos de barro (adobe), que se remontan
hasta el 13 000 a. C,1 mientras que los primeros ladrillos de arcilla cocida
que se conocen datan del 4000 a. C.1
Entre los primeros materiales habría que mencionar también
tejidos y pieles, empleados como envolventes en las tiendas, o a modo de
puertas y ventanas primitivas.
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